jueves, 12 de octubre de 2017

RSU, Hacia un nuevo paradigma



El 10 de Octubre en el Palacio San Miguel (CABA), la Fundación Metropolitana junto a la Fundación Ambiente y Medio y CEAMSE, organizaron el evento “RSU, Hacia un nuevo paradigma”.

La jornada comenzó con un taller de validación de las recomendaciones surgidas del Foro Temático “RSU, la crisis de los presupuestos mínimos” realizado de forma virtual en la plataforma BAM 2.1.

Luego, estas recomendaciones fueron entregadas a los decisores políticos que trabajan la temática. Seguido a esto, se proyectó el documental “La basura en tiempos de la economía circular” y, por último, se realizó un brindis por los 40 años de CEAMSE.

El cierre del Foro Temático y las recomendaciones

Luego de la apertura, Sergio Federovisky, tutor del Foro Temático presento las recomendaciones surgidas del foro virtual realizado en la plataforma BAM 2.1. A continuación, se abrió el debate para que los presentes hagan sus aportes para sumar al análisis.

Federovisky, titular de la Fundación Ambiente y Medio, explicó que buena parte de la crisis de los Residuos Sólidos Urbanos en Argentina tiene que ver con carencias normativas.

“El incumplimiento de la normativa se basa en falencias de la propia ley de presupuestos mínimos. Debemos dar un paso legislativo hacia una política federal que nos permita salir del esquema de economía lineal para pasar definitivamente a un sistema de economía circular”, afirmó.

Y continuó “Entre un 60 y un 80% de los centros urbanos individualizados de Argentina tiene basurales a cielo abierto, es decir, no tiene ni siquiera una política de tratamiento acorde a por lo menos los últimos 30 años.

En Argentina todavía vivimos en esta dicotomía de que se habla de una gestión integral de residuos pero a la hora de ver qué pasa en la realidad de los territorios, lo que vemos, es una fragmentación muy clara entre la recoleccion (entendida hasta hoy muy extendidamente sólo como pasar a buscar la basura por las casas), y el tratamiento que hoy está solamente (o no está) ubicado en el plan de enterramiento.

La vinculación de ambos elementos que daría una salida superadora, incorporando la recolección diferenciada, la separación en origen, el tratamiento, la recuperación del reciclado, etc., es lo que todavía falta y es lo que se le pide a una normativa moderna en el tema”.



A continuación, Pedro Del Piero, presidente de Fundación Metropolitana, entregó las recomendaciones de este foro a Luis Lehmann, Director Nacional de Gestión Integral de Residuos del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, en representación del Ministro Sergio Bergman; a María Paula Lopardo, Diputada Nacional Vocal de la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano, presidida por el Diputado Mario Barletta; y Enrique Viale, en representación de Senador Nacional Fernando Pino Solanas, quién es el presidente de la Comisión de Ambiente y Desarrollo Sustentable del Senado Nacional.

“Tomaremos estas recomendaciones como un aporte fundamental para nuestra agenda de trabajo. Hoy, estamos centrados en el tratamiento de la Ley de Envases, que pone en el centro de la escena a los cartoneros: el eslabón que mayor aporte ambiental ha hecho a este país”, destacó Viale.

“Me encargaré de socializar estas conclusiones dentro de la Comisión ya que considero que el tema no puede dilatarse más.

Es urgente el tratamiento de un nuevo paradigma de economía circular, donde los residuos se puedan reinsertar y reutilizar como nuevos insumos”, manifestó la Diputada Lopardo.

Lehmann, por su parte, aclaró que su principal función está orientada a la gestión del residuo sólido urbano, y que tiene claro que la ciudadanía actual demanda una mejor calidad de servicio.

“Necesitamos apuntar a un tratamiento adecuado del residuo y una disposición final segura, donde la basura pueda convertirse en el insumo de otro proceso productivo”.



El eje del debate planteado en el Foro Temático de la Plataforma BAM 21 fue: 

“¿Es necesaria una ley federal para imponer un nuevo paradigma?”.

El documento síntesis, que se confecciona a partir de las reflexiones surgidas más importantes fueron las siguientes:

– La situación de la gestión de los Residuos Sólidos Urbanos en la Argentina puede caracterizarse como una crisis. Dicha crisis se explica por la larga demora en adoptar políticas nacionales en la materia, así como –derivado de eso- de una falta de compromiso del sector privado y la imposibilidad de los actores locales para desarrollar soluciones integrales.

– La normativa, aunque incompleta, existe pero no se cumple, por lo que es preciso reformularla.

– El incumplimiento de la normativa vigente de presupuestos mínimos en el manejo de RSU puede atribuirse a falencias en la implementación pero también, y principalmente, a deficiencias –para algunos “insalvables”- en su concepción. A saber:

– La ley vigente sólo incluye los residuos domiciliarios, cuando debería incluir todas las corrientes de residuos.

– No incorpora elementos conceptuales y operativos para avanzar hacia un paradigma de economía circular.

– No integra a los recolectores informales como actores fundamentales del sistema.

– No incluye como autoridades competentes o de aplicación a las provincias.

– No establece fuentes ni mecanismos de financiamiento.

– No incorpora debidamente sanciones.

– No contempla elementos de participación social en la elaboración de planes de gestión, ni de acceso a la información pública.

– El Estado (en el nivel que le competa) es el responsable de implementar un modelo integral, contribuyendo a la articulación de los actores que realizan las acciones sectoriales.

– Sin un programa de concientización, las entidades recolectoras y procesadoras de los RSU no son capaces de separar de forma eficiente los materiales valiosos dentro los volúmenes contaminados con residuos orgánicos y no recuperables. Sin la participación ciudadana toda separación en origen se frustra frente a la urgencia social de los recolectores informales y la falta de articulación con la industria que a su vez carece de incentivos para la integración de esos elementos como materia prima de futuros procesos productivos.



Recomendaciones:

– Promover desde la normativa una política federal que desaliente la imposición de falsos límites jurisdiccionales que socavan el esfuerzo del conjunto de la población.

– Establecer fondos y mecanismos de financiamiento, tanto para asistencia técnica, como económica y financiera. Los recursos financieros también se deberían destinar a fortalecer mercados de productos reciclables.

– Fomentar políticas de “escala”: por ejemplo, alentando la conformación de consorcios regionales.

– Contemplar en la gestión de RSU una adecuación de la normativa a los estándares tecnológicos vigentes a nivel mundial y, mucho menos, de sus expectativas a futuro.

– Alentar una normativa que en vez de imponer cambios de paradigma voluntaristas pero luego inaplicables, promueva herramientas para una toma conciencia colectiva de la población que propicie ese cambio.

– Disponer instrumentos para hacer eficaz la separación en origen y la recolección diferenciada de los residuos domiciliarios.

– Incorporar a los recolectores urbanos como actores fundamentales del sistema.

– Fijar plazos para que cada provincia presente su programa de manejo de residuos adecuado a una normativa que promocione la economía circular.

-Estimular un proceso participativo de todos los actores en la redacción de una normativa proclive a un paradigma de economía circular, y garantizar el acceso a la información pública.

– Considerar a la problemática de los residuos como una política de Estado equiparable, por ejemplo, a la de Infraestructura.

– Desarrollar programas de responsabilidad extendida del productor como base conceptual a una economía circular.

– Alentar el aprovechamiento energético de las fracciones no valorizables.

– Adoptar experiencias positivas, aunque sectoriales, al paso de un paradigma de enterramiento a uno de tratamiento, reutilización y recuperación de materiales. La promoción de estos principios por parte del CEAMSE puede ser tomado como un punto de partida.

“La basura en tiempos de la economía circular” 



Luego del taller sobre el Foro Temático, se proyectó el documental “La basura en tiempos de la economía circular”, realizado por la Fundación Ambiente y Medio y la Fundación Metropolitana.

A continuación, el periodista Sergio Elguezábal moderó un panel en el que participaron distintos actores provenientes de diferentes sectores pero relacionados con la problemática de los RSU, quienes hicieron comentarios sobre el documental.

Rodrigo Aybar, Director de OPDS dijo “Este paradigma no es tan nuevo, en realidad es que el hombre vuelva a ser el centro de la naturaleza.

La naturaleza no genera desperdicio, todo se recicla, todo vuelve. Muchas veces es de abajo hacia arriba que se van dando estos cambios; de la sociedad civil, de los distintos sectores que son quienes empiezan a crear conciencia, y es el Estado el que debe en algún momento tomar esa demanda, formalizarla, ordenarla, y que se lleve adelante con políticas publicas razonables”.



A su turno, Juan Filgueira, Presidente del APRA explicó “A veces me impresiona cómo como ciudadanos venimos ciegos ante una problemática que nos está afectando de un modo muy concreto y real a nuestra vida, a los habitantes de nuestro planeta tierra. 

Estamos frente a lo que puede ser un colapso de la civilización; en el día a día nadie piensa cuando se levanta que como seres humanos hemos creado un modelo de desarrollo que nos está llevando al colapso”. 

Filgueira continuó explicando “El Estado tiene que trabajar integradamente en primer lugar con los ciudadanos: si los ciudadanos no se adhieren a este tipo de políticas y no las empujan desde las bases, las políticas quedan a mitad de camino.

Las empresas, tienen que alinearse con gente, en muchos casos no sucede: las grandes empresas, generalmente, están en contra de estas políticas que se intentan implementar,  y por otro lado, las organizaciones sociales, que son el algún punto guardianes de este tipo de problemáticas; deben tener un rol proactivo y constructivo para llegar a una solución”.

Luego, Aleandra Scafati, Presidenta de BA Desarrollo aseguró “El residuo es el final, antes de llegar al residuo tenés tanto para recuperar dentro de tu propio sistema que en general las empresas no tienen y no saben ni cómo hacerlo.

Si no tenemos un pensamiento disruptivo no vamos a cambiar la realidad de los residuos en Argentina.

Creo que hoy están dadas todas las condiciones económicas, de tecnología y sociales para cambiar el paradigma, incluyendo el tema de la conciencia social que no es menor”.



Sabina Zaffora, Gerente de Sustentabilidad de Natura opinó “La problemática es actual, y estando en Latinoamérica, no se puede pensar como una que se soluciona trayendo soluciones que a veces están funcionando en otras partes del mundo con otras problemáticas; no se puede hacer sin inclusión, sin saber en el territorio en el cual estamos qué situaciones son las que están”.

Y finalizó “Hay que ir trabajando también en dos conceptos: el de consumo, innovación, mucha plata hay que invertir en innovación, y en reactivar la industria del reciclado, porque si no, no se puede. Lo complejo es la diversidad de actores e intereses”.

Gustavo Coria, Presidente de CEAMSE comentó “En la región metropolitana hoy estamos generando 17 mil toneladas por día de residuos. 

La región metropolitana sóla con la generación de residuos puede llenar un estadio de futbol completo cada cuatro días, y eso genera un impacto”.

Y finalizó “Cada sociedad tiene su particularidad, su dinámica y su forma de evolucionar.

Lo que sí está claro es que a partir de un concepto como es el de la economía circular, se debe empezar a entender que los residuos tienen un valor, con una mirada integral y amplia, se deberían construir todas las realidades que se están marcando”.

Por último, como cierre del evento Pedro Del Piero y Gustavo Coria realizaron un brindis por los 40 años de CEAMSE.

Del Piero dijo “La economía circular es un concepto muy potente que impacta fuertemente en el mundo capitalista porque interpela el despilfarro de materias primas de la economía lineal -la de producir, consumir y tirar- y propone un camino virtuoso al mundo productivo.

Con la interpelación levanta un grito desesperado contra el modo de producción y consumo que está llevando al planeta al desastre por desequilibrio climático y calentamiento global.

Con la propuesta de minimizar consumo superfluo y recuperar materiales para producir, construye un círculo virtuoso de reducción de impacto ambiental y de integración social”.

metropolitana.org.ar/


lunes, 9 de octubre de 2017

Estudio - Plataformas Abiertas para Tecnologías Estratégicas


Estudio - “Plataformas Abiertas para Tecnologías Estratégicas  -Relevamiento, análisis de pre-factibilidad y propuesta de diseño de modelo conceptual¨

El estudio analiza la viabilidad del establecimiento, en nuestro país, de sistemas de “plataformas abiertas para tecnologías estratégicas” en los cuales el modelo de innovación se centre en la creación y colaboración para el desarrollo de nuevas tecnologías que sirvan de base para la generación de productos y servicios a través de nuevos mecanismos y herramientas.

El informe posee una metodología de análisis y comparativa a nivel mundial de los diversos modelos y herramientas que se utilizan en los procesos de innovación abierta, seguido de un diagnóstico de pre factibilidad para su implementación en nuestro país, y a la luz del mismo el desarrollo de modelos y estructuras posibles de modelos de plataformas abiertas de innovación para nuestro Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.

Su elaboración estuvo a cargo del consorcio conformado por el Centro de la Propiedad Intelectual (CPI) de la Universidad Austral y The Insititute of Technology Transfer de The University of Saint Gallen (Suiza); y por encargo del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MINCyT) en el marco de los trabajos de Consultoría “Plataformas abiertas para tecnologías estratégicas” (Préstamo BIRF 7599/AR).

INFORME FINAL
Direccion Nacional de Estudios
MINCyT



martes, 14 de febrero de 2017

Agroindustria impulsa la producción de bioenergía y el cuidado del medio ambiente



Los biocombustibles son los principales generadores de energía derivada del sector agroindustrial y aportan impactos ambientales positivos.

Argentina es el tercer productor y el primer exportador mundial de biodiesel, y además impulsa la generación de bioetanol, biogás, y biomasa leñosa, con el objetivo de incrementar la participación de las energías renovables en su matriz energética, y también reducir como mínimo, un 17% las emisiones de dióxido de carbono entre otras acciones.

La producción agroindustrial ha cambiado su paradigma productivo ofreciendo no sólo alimentos, maderas y fibras, sino también energía.

La bioenergía puede ser generada a partir de procesos específicos de transformación de aceites o granos como en biodiesel o bioetanol, o producida a partir de subproductos (antes considerados residuos) que pueden ser transformados en biogás o en energía térmica.

El Ministerio de Agroindustria de la Nación, a través de la Secretaría de Agregado de Valor, concibe como una línea de gestión estratégica el desarrollo de la Bioeconomía, gestionando proyectos y acciones para asegurar que el desarrollo de la bioenergía derivada de biomasa sea funcional al interés nacional, sectorial y de las economías regionales.



Las externalidades positivas de la producción de bioenergía no radican sólo en la sustitución de combustibles fósiles, no renovables, sino que permiten repensar el espacio rural a partir de una nueva visión de economía circular o bioeconomía, una nueva metodología para abordar los planes de desarrollo territorial.

Bajo este nuevo paradigma, las bioenergías permiten diversificar el mercado de las materias primas y promueven su transformación en origen evitando fletes de biomasa barata para ser transformada o exportada en las zonas portuarias y el abastecimiento de energías desde zonas de generación lejanas.

La generación distribuida de energía permite enfrentar los típicos planteos de economías de escala contraponiendo las economías de localización, ¨la biomasa viaja mal¨.

El desarrollo territorial así enfocado genera demanda de mano de obra local, integrando las producciones agrícolas con las pecuarias y cerrando el ciclo con la producción y reutilización de la energía producida, aporta de esta forma a reducir la huella de carbono y la huella hídrica entre otros beneficios.

En el mundo, el 14 de febrero se celebra el día de la energía por un uso racional y sostenible, y desde la cartera nacional se promueve la generación de energía derivada de biomasa, que proviene de la luz solar, la cual gracias al proceso de fotosíntesis, es aprovechada por las plantas verdes mediante reacciones químicas en las células.

Los efectos derivados de la producción y uso de los biocombustibles en todas sus formas, pueden analizarse mediante el empleo de indicadores, y en particular, los efectos ambientales pueden evaluarse a través de La Huella ambiental (HA), un indicador de ciclo de vida que abarca diversos impactos ambientales relacionados con las emisiones al ambiente, y el uso, agotamiento y degradación de recursos escasos.



Las formas más conocidas de bioenergía derivada de biomasa, son los biocombustibles como el Biodiesel, Bioetanol, Biogás y Biomasa leñosa.

° Biodiesel: Es el biocombustible líquido obtenido a partir de aceites vegetales como el de soja, colza y palma, entre otros, mediante un proceso químico llamado transesterificación. Este biocombustible puede mezclarse o sustituir al gasoil convencional. Actualmente, Argentina mezcla su combustible diesel con un 10% de biodiesel de soja, equivalente a 1.120.000m3 en el año 2016.

° Bioetanol: Es el biocombustible líquido obtenido a partir de la fermentación de cultivos como caña de azúcar, maíz, sorgo dulce, remolacha azucarera, entre otros. Puede mezclarse con las naftas o sustituirlas a partir de la incorporación de los autos con motores Flex Fuel. Actualmente, Argentina mezcla su nafta con el 12% de bioetanol (50% proveniente de maíz y 50% de caña de azúcar), equivalente a 900.000m3 en el año 2016.

° Biogás: Es el biocombustible gaseoso obtenido a partir de la biodigestión anaeróbica de residuos orgánicos como por ejemplo efluentes líquidos provenientes de las actividades agropecuarias y agroindustriales. Actualmente existen 65 digestores en funcionamiento según el "Diagnóstico de Plantas de Biodigestión Anaeróbica" realizado por el INTI en el 2016.

° Biomasa leñosa: Es biomasa sólida que incluye residuos forestoindustriales, plantaciones forestales energéticas, residuos de poda, etc., que a partir de procesos termoquímicos son transformados en Dendroenergía (energía eléctrica y/o térmica).

Apuntando al agregado de valor, como una alternativa productiva y diversificación de la materia prima y los residuos,

Argentina se convirtió el tercer productor y el primer exportador mundial de biodiesel, y además impulsa la generación de bioetanol, biogás, y biomasa leñosa, con el objetivo de ir incrementando la participación de las energías renovables en su matriz energética.

Se instalaron 37 plantas de biodiesel y 14 plantas de bioetanol en Argentina con una capacidad de producción cercana a los 5 millones de metros cúbicos anuales de biodiesel y 1 millón de bioetanol.



Argentina frente al cambio climático

En diciembre de 2015 el país adhirió al Acuerdo de París, cuyo objetivo es limitar el aumento de la temperatura global a menos de 2° C respecto de la época preindustrial.

Para lograrlo, los países se comprometieron a reducir sus propias emisiones de gases efecto invernadero en niveles progresivamente mayores.

Argentina fue el primer país en informar, durante la cumbre del clima de 2016, que está en proceso de revisar su Contribución Nacional, estimando que una vez finalizada mejorará la reducción de sus emisiones al 2030 del 15% propuesto inicialmente al 17% de manera incondicional, y del 30% al 37 % si se obtiene la cooperación de la comunidad internacional.

En el cálculo de esa reducción de emisiones se incluyeron, por el momento, dos aportes del sector agrícola: una mejor rotación de cultivos y el aumento de la superficie forestada.

El proceso de revisión nacional continúa, incluyendo la revisión de la línea de base con la cual las medidas son contrastadas, y el estudio de otros aportes del sector agropecuario a la mitigación.

Todas las medidas bajo estudio tienen la característica de que no sólo mejoran el aporte del país al objetivo mundial de reducir las emisiones, sino que además mejoran la sustentabilidad de la producción.

Agroindustria